En la infancia, la Luna tiene un papel esencial en nuestros primeros años de vida y por lo general, en nuestra etapa infantil como niñxs. La Luna nos habla de cómo sentimos, cómo nos nutrimos y, por lo tanto, de cómo nos cuidamos y qué nos hace sentir segurxs y protegidxs. También nos acerca a nuestros miedos e inseguridades que puedan generarnos disconfort emocional. La Luna es tu parte más inmadura en esencia, ya que remite a nuestrx niñx interior. Te conecta con tus patrones emocionales inconscientes en ti. Conocer tu Luna, por lo tanto, es conocer tus necesidades emocionales específicas. Conforme crecemos y vamos co-creándonos según las experiencias vitales y cómo el entorno influye, es fácil alejarse de este niñx interior que todos llevamos dentro y que conecta en esencia con nuestra parte más inmadura y menos adulta, que pide mimo y cuidado. Con este documento, te propongo acercarte a ellas y profundizar en ti desde otra mirada, la de tu propia niñez.
